Tener sexo toda la noche con Matt me llevó a plantearme si realmente es la primera vez
que experimento tener relaciones. No me duele nada. Imaginé que ocurriría como en laspelículas y los libros: dolor, incluso sangrado. Pero nada de eso ocurrió. No es que estépreocupada por eso en particular, sino que lo que más me inquieta es la idea de que quizáno era virgen. Temo no recordar mi primera vez, si es que la tuve.Al borde de no dormir y ver el amanecer resplandecer desde el ventanal gigantesco de lahabitación, me encuentro despejada en la cama del enigmático Matt Voelklein. Giro el rostropara verlo; está sereno. Duerme con el rostro pegado a su almohada de un tono verdeoscuro, por debajo de ella tiene su brazo y el otro me abraza por encima del vientre. Comoestá de cara a mí, tengo la oportunidad de examinarlo bien por primera vez en mi vida. Suhermoso rostro parece más joven y relajado, como si no hubiera conciliado el sueño hace
ya tie