capítulo 128: Un escalofrío me recorrió la espalda.
El joven la condujo hasta el centro del salón, donde la música fluía lenta y melódica, como una brisa que susurraba secretos prohibidos. Otras parejas danzaban alrededor, pero para Alade, el mundo parecía encogerse hasta que solo quedara ese espacio entre los dos.
El muchacho la atrajo hacia sí, con manos firmes que guiaban cada paso con una precisión inquietante. Cada movimiento tenía algo de feroz, de magnético, como si una energía invisible los envolviera. Alade se sentía en trance, guiada no por la música... sino por él.
Era hermoso. Mucho. Pero no era eso lo que la dejaba sin aliento. Era algo más. Algo primitivo. Hipnótico.
"Pero amo a Eric", pensó, como si intentara advertirse a sí misma. "Entonces... ¿por qué este frío en el estómago? ¿Por qué siento que mi cuerpo baila, pero mi alma está siendo arrebatada?"
"Jamás te había visto por aquí" dijo ella, intentando sonar casual, aunque su voz salió más baja de lo que esperaba.
El joven la miró de reojo. Su mirada era tranquila...