Collin*
El apretón en el cuello era asfixiante. El aire escapaba como arena entre los dedos. Las uñas clavadas en las manos de Colen no surtían efecto, ella estaba fría, implacable... poseída.
Todos en la mesa observaban. Como si fuera solo otro espectáculo grotesco entre tantos.
Liam se levantó de súbito, los ojos salvajes, los caninos expuestos.
"¡Suéltala, puta!"
"Cuidado con lo que dices... con la madre de tu hijo." respondió Colen, la voz tan cortante como cuchillas de hielo.
"Tú sabes tan bien como yo que eso es mentira, ¡hija de puta!" rugió Liam.
Colen sonrió. Una sonrisa lenta, maliciosa. Como si se alimentara del dolor de ellos.
Maden, hasta entonces en silencio, se levantó como un emperador cruel ante la ejecución.
"Ponla en el suelo, Colen."
La hermana dudó, saboreando el momento por un segundo más, antes de soltarla. Collin cayó de rodillas, jadeando, tosiendo, intentando recuperar el aliento.
"Quédate ahí, queridinha." se burló Colen.
Maden aplaudió, el sonido seco reson