Al oír a Vera, Charlie ignoró su terrible dolor de cabeza y miró hacia la aurora.
Como si estuviera controlada por una fuerza externa, la ola brillante que parecía dividir el cielo verticalmente comenzó a moverse repentinamente, girando en espiral como un vórtice. Y en los bordes, la onda se dividió en diminutas partículas… motas de luz que giraban junto con el vórtice, dando vueltas en torno al centro del vórtice.
Mientras Charlie miraba atónito, Vera exclamó: “Esas pequeñas motas parecen innumerables luciérnagas, ¿no lo cree?”.
Charlie asintió. “Sí. Al principio, era una ola que cubría todo el cielo, pero ahora se está dividiendo en luciérnagas, es una forma muy acertada de decirlo. Todas parecen vivas, volando alrededor del centro... Aunque no estoy seguro de por qué se comporta de esa manera”.
La expresión de Vera era melancólica. “Bueno, parecen luciérnagas, pero no lo son; la aurora es una ola de fotones, y es como una ola compuesta de innumerables partículas de agua... Pero