―Para ser sincera tal vez fue egoísta de mi parte involucrarlos en este asunto. Pero ustedes son mi familia y no creo ser capaz de pasar por todo el proceso yo sola…
Tessa la abrazó a la altura de los hombros.
―Ay, linda… No eres egoísta, es normal recurrir a las personas más cercanas cuando se está en una situación compleja y tú lo dijiste, somos tu familia y es más que obvio que te apoyaremos.
La pelinegre mostró una sonrisa melancólica.
―Me alegra mucho tenerlos.
―¿Incluso a esos tres? ―frente a ella estaba el resto de su familia jugando sin algún tipo de vergüenza, riendo a carcajadas y dando saltos de un lado al otro para evadirse.
―Sí, a ellos también. Son algo…, tontos, pero son familia ―rio la ojiazul, pero luego soltó un suspiro―. Sólo espero que mis padres y mi hermano lo acepten tan bien cómo ustedes lo han hecho.
―¿Tu familia en Canadá todavía no lo sabe? ―preguntó, sorprendida y su amiga negó con la cabeza―. Carajo, pensé que ya lo había hablado la última vez que llamaron