Capítulo 71 —Lo que no se dice, a veces, se decide, en silencio.

Narrador:

Cleo estaba concentrada en la pantalla, escribiendo con ritmo constante, cuando de pronto lo sintió. No lo escuchó llegar, no oyó pasos. Pero su perfume, ese aroma inconfundible y sofisticado, la envolvió de golpe como una ráfaga silenciosa. Su cuerpo se tensó sin quererlo. Sus dedos se detuvieron. Todos sus sentidos se pusieron en alerta. Alzó la mirada, lenta, calculada. Nerón estaba frente a su escritorio. Impecablemente vestido con una camisa blanca como recién planchada, el rostro aún cansado pero ya sin las marcas de la noche anterior y perfectamente afeitado. Aunque sus ojos… sus ojos decían otra cosa.

—Doctor Valmont —saludó Cleo, con voz profesional, neutra —¿necesita algo?

Él la miró durante varios segundos, como si intentara descifrar qué pasaba por detrás de esa expresión perfecta. Pero ya no podía. Ella había aprendido a esconderse donde antes se transparentaba.

—¿Te sientes incómoda trabajando par