Annette se despidió horas más tarde de su amiga.
—Tu jefe es un hombre increíble, quedé maravillada con todo lo que sabe. Hacía tiempo que no conocía a alguien tan interesante como él.
—Sí, realmente es un hombre muy inteligente.
—Pues yo creo que es inteligente, pero también muy sexy. —golpeó con el codo a su amiga.— Deberías proponerte conquistarlo. Tiene todo lo que cualquier mujer desearía tener. —la pelicastaña sonrió y se encogió de hombros ante la sugerencia de su amiga. Ella misma sentía mucha admiración por Theodore. Pero no lo amaba.
Se acercaba la hora de su encuentro con Gari y aún Priscila no tenía una excusa para salir de la mansión, la única manera que tenía para hacerlo, era mentirle a Theodore, por lo que le informó que debía ir a una cena con Gerald para conversar sobre lo del divorcio.
—Iré a ver a Gerald, tenemos que hablar del divorcio. —dijo sintiendo un nudo en la garganta.
—¿Quieres que te acompañe? —se ofreció él.
—No, no es necesario, voy a estar bie