Capítulo 136Recuerdos que duelen.El vehículo donde viajaba Leonard giró en la calle 42 y se internó en un barrio más tranquilo, donde los edificios de oficinas cedían paso a fachadas residenciales. Iván esperaba en la entrada de un modesto loft, apoyado contra un coche deportivo negro. Al ver el vehículo de Leonard, retrocedió un paso, la tensión marcándole el semblante.Leonard bajó con paso firme. La corbata ladeada, el abrigo rozando el suelo, Iván le estrechó la mano con fuerza.—¿Cómo te sientes? —preguntó con voz grave.—Cansado —respondió Leonard—, pero vivo. Y con ganas de recuperar cada segundo perdido.Iván asintió. Le llevó al interior del loft, donde una mesa larga ya estaba cubierta de mapas de vuelos, planos de terminales aéreas y fotografías recientes de Anthony. Alessia había dejado allí anotaciones apresuradas: números de serie de maletas, nombres de cómplices posibles, rutas de escape.Leonard recorrió la mesa con la mirada, paladeando cada recopilación de informac
Capítulo 137Reunión familiar.El portón de hierro se abrió con un crujido suave cuando Leonard y Alessia llegaron al departamento. La luz dorada del ocaso se filtraba por el vestíbulo, proyectando sombras alargadas sobre el mármol pulido. Él sostenía la mano de ella con firmeza, como si temiera que el momento se desvaneciera antes de llegar a su destino.—Ya casi estamos —susurró Leonard, apretando su mano—. ¿Lista?—Más que nunca —respondió Alessia, dibujando una sonrisa que iluminó sus ojos—. Vamos.Ascendieron por la escalera de caracol que conducía al piso principal. El aire olía a cera de abedul y a un leve toque de lavanda, recuerdo de la limpieza que había hecho Nadia esa misma mañana. Cuando Alessia introdujo la llave en la cerradura, sintió un pequeño cosquilleo en el estómago, mezcla de anticipación y nervios.Al abrir la puerta, fueron recibidos por un golpe de calor y un murmullo familiar. Nadia, la nana, apareció al instante, dejando a un lado el trapeador y el balde de
Capítulo 138 Completamente sola.El aire en el apartamento que alquiló Tony estaba denso, cargado de humedad y una tensión cortante. La tormenta que había amenazado durante toda la tarde finalmente explotó en un aguacero que tamborileaba furiosamente contra las ventanas. Dentro, las luces parpadeaban brevemente, como si también ellas temieran la intensidad de lo que estaba por estallar.Tony caminaba de un lado a otro de la sala, descalzo, su cabello húmedo cayéndole en cascada sobre la frente. Vestía un pijama que constaba de una camiseta holgada que le llegaba a medio muslo y unos pantalones de algodón Color celeste. La impaciencia hervía en su sangre; sentía que cada segundo que pasaba, estaban más cerca de perder el control y ser atrapados. Pero claro que eso sería algo que no permitiría. Por su parte, Camila estaba mas desequilibrada que nunca. Sabía que el tiempo seguía transcurriendo y mientras eso pasaba, Leonard se alejaba más de ella, de su control, de su amor —o de lo q
Capítulo 139Rastros de una tormenta interna.El pasillo del hotel de mala muerte olía a humedad, a moho y cable quemado.Iván apretó el puño contra el cristal empañado de la pantalla portátil mientras observaba cada unade las Iván apretó el puño contra el cristal empañado de la pantalla portátil mientras observaba cada unade las imágenes que allí se mostraban. La lluvia, invisible tras el cristal de la cámara de seguridad, parecía bailar sobre el pavimento sin color.—Ahí está —murmuró, casi para sí mismo—. La mujer del cigarrillo, gabardina oscura y maleta roja.La silueta se deslizó por la rampa de entrada al estacionamiento subterráneo. La grabación crujió con un eco metálico cuando la puerta del garaje bajó lentamente, tragándose a la figura de la mujer. Iván guardó el dispositivo en el maletín de cuero gastado y salió del cubículo con paso firme. Afuera, la tormenta descargaba con furia. Los faroles arrojaban círculos amarillentos sobre el asfalto inundado.Subió a su coche si
Capítulo 140 El precio del engaño.La noche había caído sobre Manhattan como un velo pesado y espeso. El mar, apenas visible desde la colina, era un bloque de tinta oscura salpicado por la luz temblorosa del faro lejano. El viento húmedo traía consigo olor a sal, a mangle y a tormenta.Leonard avanzaba entre la maleza junto a Iván, los dos vestidos de negro, empapados por la llovizna persistente. Sus botas se hundían en el lodo blando, y cada paso hacia el viejo almacén parecía más pesado que el anterior. Pero no había vuelta atrás.—Está allí —susurró Iván, señalando la estructura oxidada al pie de la colina—. La señal se estabilizó hace media hora. No se ha movido desde entonces.Leonard asintió con los labios apretados. Una punzada de ansiedad le recorrió el pecho, no por el miedo, sino por la certeza de que todo estaba a punto de estallar. Camila estaba dentro. Y también las respuestas que necesitaba. —Vamos por el flanco izquierdo —indicó Leonard, sacando el arma que Iván le ha
CAPÍTULO 1 Noticias devastadoras. Alessia se arreglaba para compartir la cena con su padre y el resto de la familia. Sentada en la orilla de la tina de baño esperaba ansiosa aquel resultado del test de embarazo que tenía en sus manos, mismo que acababa de realizarse hace apenas un momento. Sentía su corazón latiendo a mil por segundos, esperando ver un resultado negativo en él y que esas irregularidades en su ciclo menstrual se debiera al agotamiento que se había sentido tanto física como mentalmente en los últimos días. (tocan la puerta) —Niña Alessia, debe bajar al comedor, su padre anunció que llega en quince minutos —comenta Nadia, la nana de Alessia—. Sabes lo estricto que es Don Richard con la puntualidad. No haga que se enfade nuevamente. —Voy nani, en un momento bajo —respondió lo más calmada que pudo, pero la anciana mujer que estaba parada detrás de la puerta podía reconocer su voz llorosa a kilómetros. —¿Está todo bien? —insistió—. Niña Alessia, si se siente mal pued
Capítulo 2Severas amemazasMientras la cena continuaba, Alessia no podía evitar sentirse como una esclava en su propia casa al verse obligada a cumplir la voluntad de su padre.Don Richard había decidido su futuro sin siquiera consultarle, y ahora ella estaba atrapada en una situación que no podía controlar.De repente, su hermano menor, Marco, habló, rompiendo el incómodo silencio que había caído sobre la mesa.—Papá, ¿Podemos saber más sobre Leonardo? —preguntó Marco, su curiosidad evidente en su rostro.Don Richard rió fuertemente, complacido de que su hijo estuviera interesado en el futuro de la familia.—Su nombre es Leonard, no Leonardo y es un joven muy inteligente y ambicioso —respondió Don Richard con una alegría que no cabía en su pecho, mientras que Alessia viraba sus ojos con molestia—. Es el heredero de la empresa de su padre, y tiene un gran futuro por delante. Es el candidato perfecto para casarse con nuestra querida Alessia.Alessia se sintió como si la hubieran apuña
Capítulo 3DudasEn el otro lado de la ciudad, en una de las mejores residencias se encontraba Leonard Blackmond, un hombre frío y arrogante, que no acostumbraba a relacionarse con nadie. Se había creado una reputación de hombre cruel y despiadado, siendo el ermitaño de su familia. Ese que nunca estaba presente en las celebraciones de cumpleaños, en navidades ni en ninguna otra fecha importante.Sentado en el sillón de su balcón, leía en el diario las múltiples insinuaciones respecto a sus preferencias sexuales, ya que a sus veintiocho años jamás se le había conocido una pareja.Leonard creía firmemente en el amor monótono, en que cuando se trataba de una relación solo serían ellos dos, sabía que su tiempo de amar con locura llegaría en cualquier momento y que esa persona especial con la que sentiría que debía compartir su vida vendría a él, sin tener que buscarla entre miles de mujeres.No tenía prisa para el amor, pero pasaban los años y sabía que debía casarse para cumplir con sus