351. UN TRATO JUSTO
NARRADORA
Zarek le pidió que lo acompañara, incluso con gran esfuerzo para deshacerse de Rousse.
Meridiana era muy sensible a la muerte y a los seres que vivían entre los dos mundos.
— Desea morir pero … tiene demasiada culpa. Está a un paso de su liberación, pero hay algo que no la deja aceptarla y se está yendo por el camino equivocado.
Habló con la cabeza baja y usando su magia para sentir los sentimientos de Lisa.
Zarek lo pensó por un instante, mirando… solo mirando la oscuridad con forma de rostro humano.
Lo que alguna vez fue una hermosa mujer se pudría con la corteza de este árbol invocado por ella misma.
Estiró la mano, dando un suspiro, y decidido a ver si conseguía un pacto.
No deseaba más cadáveres femeninos y menos uno con tantos tormentos.
Borrar esos recuerdos de una vida sufrida era un problema con el que no quería lidiar.
Era mejor convencerla de irse en paz.
—Protéjanse todos con su magia, Meridiana, retrocede —ordenó con seriedad.
Dio un paso adelante, muy cerca de