234. TRUCOS DE BAJA CALIDAD
VICTORIA
Ciertamente, la vida dentro de las murallas y fuera de ellas, eran dos mundos diferentes.
Parada en la ventana de la habitación que me tocó, miraba hacia las hermosas villas bajo la fortaleza.
Los hombres lobos vivían ahí, esta era la manada de Dracomir y su hogar.
Él, en cuanto llegó, tuvo que resolver miles de pendientes.
Entendía su posición y tampoco era un accesorio que debía tener colgado del brazo todo el día.
De repente, mi vista fue atraída por unos carruajes que llegaron al patio delantero.
Parecían algunas invitadas elegantes.
Fueron pasadas al interior por el servicio, y luego llegaron otras carretas.
Vi salir a esa asesina hipócrita a revisar las mercancías.
Cajas y cajas satinadas.
Era considerada de la realeza en mi reino, así que podía decir con seguridad que eran ropas de fina costura.
—Sí que te tienen bien mimada —chasqueé la lengua con fastidio.
El saber que todo eso se compraba con el dinero manejado por mi hombre me daba tanta soberbia.
De repente, la pu