235. YO ME INVITO SOLA
VICTORIA
Me subí los senos, casi a punto de reventar el escote cuadrado.
Me apreté la cintura embutida en el corpiño.
Estaba lista para dejar a todos con la boca abierta y a cierto lobo con la lengua afuera.
Caminé hacia la puerta y escaneé el pasillo, no había nadie vigilando.
Estaba segura de que pronto me pondrían espías, pero parece que aún no me consideraban un peligro.
Como la dueña de la fortaleza, salí al pasillo e invoqué mis poderes para fluir como niebla.
A través de los pasadizos buscaba el aroma delicioso de mi mate.
Todos estaban reunidos en el tema de la actividad.
Mientras me bañaba, Draco me visitó, resulta que su recámara se comunica con la mía por una puerta.
Se veía sobrepasado por sus compromisos.
No quise darle más preocupaciones y menos irle con las quejitas.
Yo sola podía con esas arpías, pero esta noche, le armaría una escenita, eso era seguro.
Lo encontré en lo que parecía su despacho, pero antes de pasar escuché que hablaba con alguien.
Nadie vigilaba cerca