214. ¡NECESITO IR AL BAÑO!
SIGRID
Me daba la sensación de poder sentir muchas cosas dentro de él, locura, obsesión, lujuria, confusión e incluso miedo y dudas.
—Acuclíllate, apóyate sobre mis muslos —tomó el borde de mi braga y me la bajó por completo por los muslos donde quedó atascada.
No entendía, pero lo obedecí.
Al momento me sentí demasiado expuesta, era como si fuese a hacer pis.
En esta esquina a oscuras, en medio de la madrugada, aferrándome a la pared, mientras mordía mi vestido, semidesnuda, con los senos afuera, piernas separadas y las nalgas empinadas.
Mi coño se abrió por la posición, mi espalda arqueada y mi trasero contra la caliente dureza de Silas, al menos sabía que estaba igual de excitado.
—Mmmm —comencé a querer hablar.
Hice por incorporarme, pero él se aferró a mis caderas de manera dominante y me sentó sobre sus muslos, también estaba en cuclillas.
Me mantuvo en esa posición tan bochornosa.
—Así te vas a venir más rápido, te va a gustar, no cierres las piernas —de nuevo esa voz magnética