13. SEDUCIENDO A MI HEMBRA
NARRADORA
Drakkar se vio siendo arrastrado de nuevo a otra locura por la mujer que apenas y le llegaba a los pectorales.
El sol ya se ocultaba y la noche caía sobre ellos; andar por la jungla a oscuras era casi un suicidio.
—Yo voy delante —Drakkar la escondió a su espalda, alerta, internándose en el oscuro agujero con el olor de la bestia marcando el territorio.
“¿Viste a mi macho qué sexy se veía hoy cazando? Diosa, cuando saltó del árbol…”
Lyra seguía en silencio a Drakkar, en su mente Aztoria no se callaba.
Pensó que le mostraría de nuevo su recuerdo de la heroica batalla; sin embargo, los ojos de su loba habían estado fijos debajo de la falda de cuero del guerrero.
Lyra enrojeció frente a la “visión” de la salchicha voladora con los dos huevos.
“Diosa bendita, eres una pervertida, Aztoria” le dijo, cerrando la conversación con su loba libertina.
—No hay más animales y el olor a advertencia mantendrá a salvo esta cueva por un tiempo —Drakkar le dijo luego de examinar la amplia cav