12. JUNTOS SOMOS MÁS FUERTES
NARRADORA
—¡Aztoria, tienes que encontrar el Aliento de Vida! ¡Siempre crece cerca de las Cassiópelas!
Lyra le gritaba a su loba, agarrándose el vestido y corriendo entre enredaderas y raíces.
Los árboles se estremecían a su alrededor, el sudor empapándole la piel, los animales pequeños huían a su paso, escapando del gigante a su espalda.
Salta un tronco caído, esquiva una rama, agáchate y sube, todo el tiempo perseguida por la sombra del fuerte guerrero.
"¡Están allí, allí!" la Alfa olfateó con el viento a favor.
Le llegó la esencia picante y asfixiante de las Cassiópelas, pero también del tesoro que cuidaban esas plantas peligrosas.
—¡Lyra, no vayas en esa dirección, hay veneno, son plantas venenosas! —Drakkar le gritó.
No sabía qué pretendía, pero esas flores rojas eran un arma mortal.
—¡Sé lo que hago, sígueme por aquí! —Lyra se metió entre unos árboles gruesos y apretados que le sirvieron para frenar la carrera del Brontocérax, al menos unos segundos.
Se agachó buscando como loca