116. ESTÁ LLEGANDO EL MOMENTO DE ESCOGER
AIDAN
Apreté los dientes bloqueando su presencia y, de paso, la del maldito de Theo.
No sé cuántas horas me pasé casi desnudo bajo el vendaval… pensando…
Necesitaba sentir de nuevo su calor, recordar nuestro vínculo, buscar ese olor a moras que antes tenía su cuerpo y ahora solo exudaba… muerte.
Caminé de regreso a los pasillos, como un fantasma, como muchas veces los había recorrido en las interminables noches.
Ocultando mi presencia, me paré frente a la puerta de su habitación, donde prácticamente no me dejaba entrar.
Desde que se despertó notaba su lejanía, su apatía... Isabella no me dejaba tocarla, siempre buscaba excusas para rehuirme.
No es que quisiera hacer nada extremo, sabía que estaba débil, solo dormir juntos tomados de la mano, como una pareja… como antes…
—Mmmnn aayy… —me tensé al escuchar gemidos dolorosos bajos.
Estiré mi mano hacia el picaporte, pero me quedé inmóvil ante la conversación que se desarrolló dentro del cuarto de Bella.
—Hermana, no puedes seguir así, no