—Eso debería haber sido lo primero que preguntaras —dijo Jaden con una sonrisa burlona, con un tono calmado pero la mirada llena de frialdad.
Baron apretó los puños, y las venas en su cuello se hicieron visibles. —Solo porque eres un luchador poderoso no significa que seas intocable. Tengo hombres que te despedazarán.
—¿No me digas? —Jaden se inclinó ligeramente hacia adelante—. Entonces, todavía tienes trucos bajo la manga.
Baron rugió: —¡Todos ustedes, salgan!
Una puerta oculta se abrió chirriando del lado del salón. Diez hombres salieron, uno tras otro, cada uno vestido con equipo de combate oscuro. A diferencia de los esbirros de antes, esos hombres se movían con una precisión entrenada y su sola presencia hizo cambiar el ambiente. El aura que los rodeaba se intensificó, presionando como una tormenta invisible.
Jaden inclinó la cabeza y dijo: —Al menos son guerreros de clase B. No está mal.
Baron retrocedió con una sonrisa retorcida y dijo: —Vamos a ver qué tan arrogante sigu