A la mañana siguiente, Julie se paró frente a un espejo agrietado, peinándose el cabello y ajustándose su modesto abrigo. En ese momento, Jaden salió del diminuto cuarto que compartían, y comenzó a observarla con una mirada penetrante.
—¿Estás lista? —preguntó.
Julie asintió mientras le respondía: —Sí, vayamos a ver a la tía.
Luego, ambos caminaron hacia la sala donde Marvin estaba sentado en un desgastado sofá, bebiendo café.
—Papá, iremos a visitar a la tía —dijo Julie.
Marvin sonrió con ternura y comentó: —¡Qué bien! Salúdala de mi parte, y ustedes dos, cuídense mucho, ¿de acuerdo?
—Lo haremos —respondió Julie, mientras que Jaden solo asintió levemente.
Un momento después, los dos salieron de la casa, y la puerta de madera se cerró con un crujido detrás de ellos.
***
Una hora después.
De repente, la puerta principal se abrió de golpe con un fuerte estruendo, y las astillas de madera volaron hasta caer al suelo. Marvin se puso de pie sobresaltado, y su taza de café se estrel