Mientras tanto, en otra habitación resguardada del caos, Drax estaba cómodamente sentado en un sofá, con un tazón de sopa humeante en la mano. Sorbió con pereza, totalmente relajado, mientras Hannah y Clara caminaban de un lado a otro frente a él, con los rostros tensos por la preocupación.

—Esto… esto no está bien. —La voz de Hannah se quebró ligeramente y sus ojos buscaron el reloj en la pared—. ¿Por qué Jaden no ha salido todavía? Lleva demasiado tiempo ahí dentro.

Sacó el celular del bolsillo con los dedos temblorosos.

—Voy a llamar a mi papá. No… no puedo quedarme aquí sentada sin hacer nada.

—Yo le marcaré al abuelo. —La voz de Clara sonaba igual de alterada mientras buscaba su celular; su habitual compostura se había hecho añicos ante la ansiedad.

Drax suspiró y puso los ojos en blanco mientras se llevaba otra cucharada de sopa a la boca con tranquilidad.

—Relájense, señoritas —dijo, masticando despacio, sin inmutarse en lo más mínimo—. Jaden está bien. Se están angustiando por