Aidan apenas alcanzó a bajarse de la carreta cuando su madre corrió hacia él y se aferró a su torso como si su vida dependiera de ese contacto. Una sensación extraña lo recorrió. Tal vez debería estar feliz, tal vez emocionarse… pero todo le resultaba ajeno, como si esas personas fueran desconocidas. No sentía más que incomodidad.

Rory espiaba apenas visible, con las orejas levantadas por la expectativa. Tristemente, tampoco sintió nada más que ausencia. Ambos sabían que debería haber algo tirando de ellos, un lazo instintivo, visceral… pero se había roto hacía tantos años que ni siquiera valía la pena intentar fingir que seguía ahí.

Adara captó su molestia. Todos, al parecer, lo hicieron. A diferencia de él, que ni siquiera podía percibir sus propias feromonas, los demás wolven captaron con claridad su estado defensivo. Estaba en alerta, como si percibiera una amenaza.

Tara y Declan compartieron una mirada cargada de pr