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Todos los capítulos de El Retorno del Alfa: Capítulo 1 - Capítulo 5
5 chapters
Capítulo 1
Los días normales son los más peligrosos. Aquellos donde una tragedia inesperada puede derrumbar en segundos la paz construida con años de esfuerzo. Por eso Aidan odia los días normales. Sabe que la vida puede venirse abajo como un castillo de naipes en cualquier momento.Un estruendo de trastes y voces lo arrancó del sueño como un zarpazo. Aidan abrió los ojos de golpe y la luz le perforó las retinas como agujas ardientes. Cada latido retumbaba en sus sienes, ola tras ola de dolor golpeaban su cráneo desde adentro. Tenía la boca pastosa, amarga, como si hubiera tragado cenizas, y sentía el cuerpo entero pesado y adolorido.Parpadeó varias veces, luchando contra la bruma espesa que le nublaba la mente, hasta que las formas conocidas de su propio desorden lo ayudaron a ubicarse. Al menos esta vez había amanecido en su habitación. No quería moverse, pero entre los sonidos confusos captó la voz de su tía Tara y el corazón le dio un vuelco incómodo. No podía permitir que ella lo viera así
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Capítulo 2
—¡Aidan Gallagher! ¡No te permito que te llames de esa manera!El arrebato de Tara, con su voz quebrada, detuvo la tormenta interior de Aidan. Apreciaba demasiado a sus tíos como para desbordar su furia con ellos. Apretó la mandíbula y los puños, respirando profundo, intentando calmar a Rory también. Luego se acercó a su tía y le dio un abrazo breve, casi mecánico.—Lo siento —murmuró al cabo de unos segundos, con un suspiro resonando como una tregua forzada—. No es mi intención ser irrespetuoso, sé que les debo mucho... me recibieron cuando estaba hecho pedazos y me cuidaron con esmero. En mi corazón, ustedes son mi familia… por eso no pienso volver a Gartan. No hay nada para mí en ese lugar. —No voy a discutir eso contigo, mocoso —Declan tomó aire, forzándose a controlar su tono; a veces olvidaba que su sobrino tenía sangre de alfa y no era nada dócil—. Sin importar cómo veamos las cosas, Rowan sigue siendo tu padre y tu Alfa. Le debes respeto y obediencia. Si él te ordena regresa
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Capítulo 3
Volvió diez años atrás, cuando la tragedia cubrió a toda la aldea con un manto de luto. El aullido de la pérdida flotaba en el aire; en cada rincón se sentía la ausencia, como una herida abierta en el corazón de la manada.Aunque el sol brillara en el cielo, los días eran sombríos para todos, especialmente para Aidan. Un vacío denso como bruma lo envolvía por dentro y por fuera. Le costaba respirar. Le costaba existir. Azotado por el flagelo de la culpa. Por no haber salvado a su hermana. Porque ella se fue… y él se quedó.Una existencia brillante y amorosa se había apagado, mientras que la suya persistía sin merecerlo. Incompleta. Inútil. Fragmentada. Había sobrevivido, y ahora que enfrentaba las consecuencias, no estaba seguro de que valiera la pena.Ese día caminaba sin rumbo cerca del río, distraído, con la mirada perdida en el movimiento perezoso del agua. El canto de los pájaros era lejano, irrelevante. La brisa apenas rozaba su piel, como si el mundo también lo evitara.No notó
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Capítulo 4
Mientras metía algunas mudas de ropa en la maleta, Aidan no pudo evitar que su mente divagara. Cada prenda parecía traerle un recuerdo distinto, una nueva punzada en el corazón.Siendo aún muy joven, se había obligado a endurecerse. No quería seguir siendo ese niño llorón que llegó a vivir con sus tíos. Tara lo había acogido en su peor momento y lo cubrió con ese amor maternal que desbordaba. Nunca lo regañaba, siempre venía, le acariciaba el cabello con los dedos y le susurraba que todo iba a estar bien. Que era amado. Que ella misma, aunque fuera una mujer, sería capaz de patear traseros para protegerlo si hacía falta.¡Cuánto hubiera dado Aidan por escuchar esas palabras de su madre!Antes de que todo sucediera, Adara era buena con él, pero distinta. Demasiado ocupada con sus labores como Luna, exigiéndole que fuera un buen ejemplo para sus hermanos. Entonces, todo era responsabilidades, deberes, expectativas... No había tiempo para mimos.Tara, en cambio, lo conocía de verdad. Con
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Capítulo 5
Aidan no reconoció a la persona que vino a recogerlos en la carretera. Era un hombre un poco más bajo que él, de piel bronceada y músculos marcados, un rostro bastante atractivo de facciones gruesas y una sonrisa juguetona.Tan pronto como el hombre bajó de su carreta con un brinco casi acrobático, Aidan notó el asombro en su rostro mientras lo recorría de pies a cabeza una y otra vez, como si no se pudiera creer que él estuviera ahí.—Vaya, la ciudad te sentó muy bien, Aidy. ¡Mira cuánto has crecido!—¿Te conozco? —Aidan frunció el ceño, confuso. No encontraba nada familiar en ese chico, y el apodo cariñoso le resultó muy incómodo.—Evidentemente no. Que tristeza, pensé que te alegrarías mucho de verme. Cuando tu padre me dijo que vendrías, pedí ser yo quién te recogiera, aunque este no sea mi trabajo habitual. Quería ser el primero en verte. Alguna vez fuimos los mejores amigos, me rompe el corazón que me hayas olvidado.El joven hizo un gesto dramático tocando su pecho y actuando c
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