Capítulo 78. Noche de confesiones.
Shane Robinson.
—¿Vamos a dormir ya, campeón? —pregunto a Shawn, que está entretenido jugando delante de mí con una figurilla.
Ivanna, a mi lado, me mira con una sonrisa suave mientras apoya su codo en el sofá y se recuesta con calma.
El pequeño levanta la mirada y duda.
—¿Vas a estad aquí cuando despiedte?
Mi pecho se aprieta con esa pregunta. Puede que Shawn todavía no tenga la seguridad de lo que soy para él, pero lo poco que sabe, al acuerdo que llegamos, lo hace sentir una conexión conmigo. Y eso me derrite de demasiadas formas.
Lo cojo en brazos y lo levanto, para ponerlo a mi altura, quiero hablarle a los ojos cuando le diga lo que debe escuchar.
—Pequeño gigante, no me iré de tu lado, debo cuidar y hacer feliz a tu mami, ¿recuerdas? —Shawn asiente con sus labios apretados en una fina línea—. Juntos tenemos una tarea. Así que, cada vez que te levantes, cada vez que vayas a dormir, ten por seguro que estaré aquí.
Me trago la emoción que me llega de repente. Esa que me grita: