*—Danny:

Después de haber sorprendido a Uriel almorzando con su madre, Danny entendió por fin por qué había estado tan distante los días anteriores. En parte era por Cameron, sí, pero jamás imaginó que el verdadero problema fuera su madre. Si hubiera reflexionado un poco más, quizá habría atado cabos a tiempo. Sin embargo, aunque lo descubrió al último minuto, al menos nada grave había sucedido.

Uriel había vuelto a ser el de antes: más alegre, más auténtico. Ya no lo evitaba ni parecía distante. Era obvio que había decidido dejar de preocuparse por lo que la madre de Danny pudiera pensar, y eso estaba bien. A Danny tampoco le importaba ya.

Pensar en sus padres siempre le removía algo. Sobre todo en su madre, porque su padre simplemente hacía lo que ella decía. Cuando Danny se quedó sin nada, sin casa ni trabajo, su madre le dio la espalda sin dudarlo. Le dijo que no aceptaba “a un maricón” bajo su techo, cuando él en ese momento ni siquiera se había asumido como tal. Insistió una y o