47

​​​​​​​*—Uriel:

Uriel todavía no había podido salir de su sorpresa.

¿Qué hacía Danny frente a su puerta?

Danny parpadeó, igual de confundido, hasta que su rostro se iluminó con una sonrisa divertida.

—¿Uriel? —respondió, soltando una risa baja—. Espera, ¿qué haces aquí?

Uriel se rió también, ladeando la cabeza con incredulidad.

—Bueno, yo vivo aquí —respondió, y entonces se dio cuenta de algo crucial: Danny no sabía dónde vivía. Es decir, Uriel nunca le había dado su dirección, aunque sí lo había invitado varias veces. ¿Habrían sido los chicos?, se preguntó.

Uriel sonrió ante la idea de esos idiotas mandando a su novio a su humilde morada para ser devorado, le encantaba.

—¿Y tú? —preguntó Uriel, desviando la mirada hacia la botella de vino y las galletas—. ¿Viniste a visitarme, amor?

Danny sonrió abiertamente, con esa sonrisa traviesa que a Uriel tanto le gustaba.

—Bueno, más bien… —se rió Danny—. Soy tu vecino.

Uriel se quedó congelado, parpadeando lentamente, procesando la nueva rev
Sigue leyendo este libro gratis
Escanea el código para descargar la APP
Explora y lee buenas novelas sin costo
Miles de novelas gratis en BueNovela. ¡Descarga y lee en cualquier momento!
Lee libros gratis en la app
Escanea el código para leer en la APP