Jessica estaba sentada junto a Daniela. Esbozó una sonrisa burlona y no pudo evitar mofarse:
—Daniela, nunca imaginé que algún día te convertirías en una simple espectadora. Ahora todos están mirando a Samantha en el escenario, ella se volvió el centro de atención y tú quedaste como un adorno de fondo. Lo ridículo es que Samantha no es más que una vulgar de bajo nivel.
Jessica despreciaba profundamente a Samantha, pero de nada servía su desprecio; a los hombres les gustaban precisamente ese tipo de mujeres provocativas y calculadoras.
Daniela tomó un sorbo de leche. No dijo mucho, solo sonrió:
—Samantha baila muy bien, es normal que todos la miren. Señorita Lima, si no la soportas, puedes subir tú misma al escenario y superarla.
El rostro de Jessica cambió completamente.
—¡¿Qué dijiste?!
Luego Jessica bajó la voz:
—¿Vas a quedarte ahí viendo cómo Samantha te roba a Nicolás?
Daniela no respondió porque Samantha en el escenario ya había llegado al momento culminante. Con varios giros, sa