Mateo interrumpió a Katerina. —Mamá, ¿acaso Luciana no te dijo que Valentina es Tina?
¿Qué?
Katerina se quedó perpleja.
Por supuesto que Katerina había oído hablar de Tina. Todos se movían en los mismos círculos, y el nombre de Tina era legendario.
Nunca imaginó que Valentina fuera Tina.
—Así que, mamá, Valentina no vino por mí en absoluto. Fue invitada a la fiesta cumbre y nos encontramos por casualidad. Valentina nunca ha dependido de ningún hombre. En estos tres años, ha mejorado su vida considerablemente.
En realidad, a Katerina no le desagradaba Valentina. Durante estos tres años, al recordarla, siempre había rememorado sus ojos claros e inteligentes. Jamás hubiera imaginado que Valentina fuera la famosa Tina, ahora al mismo nivel que Mateo, deslumbrante y extraordinaria.
Katerina miró a Mateo. Siendo su hijo, ¿cómo no iba a preocuparse por él? Una mujer tan excepcional como Valentina, ¿qué hombre no la querría?
Pero Mateo debía renunciar a ella.
—Mateo, mamá...
—Mamá, sé lo que q