Mateo preguntó si Sofía era hija de Valentina y Daniel.
Valentina tembló ligeramente, a punto de hablar, cuando Daniel apareció. —Valentina, Sofía.
Mateo se volvió y vio a Daniel.
Sofía lo llamó dulcemente: —¡Papi!
Sofía llamaba a Daniel "papi".
El corazón de Mateo se hundió completamente. No pudo evitar sentirse irónico consigo mismo. No sabía por qué había hecho esa pregunta.
Él ya sabía que hace tres años Valentina estaba embarazada de un hijo de Daniel, así que Sofía debía ser hija de ambos. Sin embargo, había preguntado lo obvio.
¿Qué esperaba realmente?
Daniel se acercó y extendió los brazos. —Sofía, ven, deja que papi Daniel te cargue, o mami se cansará.
—Sí, está bien.
Sofía obedientemente pasó a los brazos de Daniel.
Daniel, con Sofía en brazos, miró a Mateo. —Señor Figueroa, cuánto tiempo sin vernos.
Mateo respondió: —Tanto tiempo.
—Qué casualidad que nos hayamos encontrado con el señor Figueroa así. Tanto Valentina como Sofía se han encontrado con usted.
Al ver a Valentina,