Luciana se acercó para explicar: —No es lo que parece...
—¡Apártate! —Renata la empujó con violencia, golpeándola contra la pared, dejándole una marca roja en la cara.
Catalina se abalanzó sobre Renata: —¡Cómo te atreves a golpear a Luciana!
Pero ella la agarró del pelo y le clavó las uñas en la cara: —¡Catalina, ¿quién te crees que eres?! ¡No eres más que una cualquiera que se casó con su cuñado por conveniencia!
Con el ascenso de los Méndez, ese vergonzoso pasado había quedado enterrado, pero ahora Renata lo exponía frente a todos.
Empezó a correr un murmullo por la habitación: —¿Es cierto que se casó con su cuñado?
—¿No lo sabían? Su primer marido fue el hermano mayor de la familia, y cuando murió, se casó con el menor.
—Del hermano al cuñado... ¡Qué escándalo!
Catalina estalló en cólera y se enzarzó en una pelea con Renata: —¡Cállate! ¡Te voy a arrancar la lengua!
Las dos mujeres se peleaban como verduleras. Ángel intentó separarlas, pero Fabio le propinó un puñetazo que le hizo sa