Todos empezaron a criticar a Mariana, y las miradas hacia ella se volvieron indecorosas.
Mariana realmente no esperaba que Daniela se recuperara tan rápido y le devolviera el golpe. Se abrió paso entre la multitud y salió corriendo.
—¡Mariana! —Mauro fue tras ella.
Mauro agarró el delgado brazo de Mariana: —Mariana, ¿estás enfadada?
Mariana, con expresión de injusticia, intentó soltarse: —Mauro, no deberíamos seguir viéndonos. Todo el mundo ya está hablando de nosotros.
Mauro abrazó a Mariana directamente: —No, no nos importa lo que piensen los demás. Mariana, dime, ¿te gusto?
Mariana, que siempre fingía ser una damisela frágil, se sonrojó y asintió tímidamente: —Sí.
—Mariana, entonces estemos juntos. Mañana anunciaré nuestra relación delante de todos los estudiantes.
Los ojos de Mariana brillaron. Sabía que había conquistado a Mauro.
Los Betancur eran una de las familias más prestigiosas de Nueva Celestia, y casarse en esa familia sería un gran ascenso social para ella.
—Mauro, ¿no es