Daniela se puso de pie sin intimidarse: —Luciana, acláralo de una vez: estás en la casa de los Cruz, no en la de los Figueroa. ¡Llévenselas de aquí!
—¡Sí, señorita!
Antes de que Luciana y Mariana pudieran resistirse, con un fuerte golpe fueron arrojadas afuera, cayendo de bruces frente a la puerta.
¡Ja, ja, ja!
Aurora se rio sin piedad.
Daniela sonrió traviesamente, con el rostro lleno de satisfacción. Había prometido "atenderlas" bien.
¿Se atrevían a meterse con su buena amiga Valentina? ¿Acaso creían que Valentina no tenía a nadie que la respaldara?
La venganza por la grave enfermedad que Valentina había sufrido días atrás finalmente se había consumado. ¡Daniela había descargado toda esa rabia en nombre de Valentina!
...
Fuera, Luciana y Mariana se levantaron torpemente. Jamás habrían imaginado que serían expulsadas de la casa de los Cruz.
¡Esta Daniela era verdaderamente detestable!
¡Las personas que se juntaban con Valentina no eran más que basura!
—Luciana, esta Lela está completa