En ese momento sonó el timbre de un teléfono, era una llamada para Valentina de Luis.
—Hoy me dan el alta. Si no vienes, me iré solo.
Ella se dio una palmada en la frente, se había olvidado que hoy daban de alta.
Rápidamente, se dirigió al hospital.
Mateo llegó al hospital y encontró a Luciana en una habitación VIP.
Luciana yacía en la cama con una bata de hospital holgada, su cara estaba blanca como el papel, todavía inconsciente.
Mateo se acercó a la cama. —¿Qué le pasó?
—Señor Figueroa, anoche cuando la dejaste sola, se alteró tanto que se desmayó. La llevaron de emergencia al quirófano.
—Aunque lograron salvarla, sigue inconsciente.
Ángel y Catalina mostraban preocupación y nerviosismo. Ninguno esperaba que Mateo rechazara a Luciana en esas circunstancias, tampoco que la dejara sola.
Mateo se sentía culpable y estaba lleno de remordimiento.
Anoche cuando ella lo empujó sobre la cama para besarlo, él solo podía pensar en... Valentina.
Así que la apartó y dejó a los Méndez para busca