Capítulo 118 —Los Adler dejan marca

Narrador:

Renzo respiró hondo, acomodándose como pudo en el asiento sin apoyar demasiado peso donde no debía. Hizo una mueca y, sin mirar al Diablo, preguntó:

—¿A ti te dispararon alguna vez, Diablo?

Roman lo miró de reojo.

—¿Miles?

Renzo negó con la cabeza.

—No, no… digo en serio. ¿Te hirieron alguna vez?

El Diablo pensó un segundo.

—Ah. Sí. Una, cuando era joven… y estúpido.

Renzo soltó una risa nasal que terminó en un gesto de dolor.

—Bueno, yo soy viejo y no soy estúpido.

Roman lo miró con sorna.

—Eso está por verse.

Renzo resopló.

—Bueno… —dijo tras un silencio —A mí me dispararon dos veces en toda mi vida. Y mira que estuve en tiroteos, muchos.

Roman arqueó una ceja.

—¿Y?

Renzo giró apenas la cabeza hacia él.

—En las dos hubo un Adler involucrado.

El Diablo frunció el ceño.

—¿Cómo es eso?

Renzo hizo una pausa dramática.

—La primera vez que me dispararon… fue tu hija.

Roman se quedó quieto.

—¿Cómo? —dijo despacio —¿Sofía?

—Sofía —confirmó Renzo.