Capítulo 113 —No vayas
Narrador:
Antes de partir de la mansión Mattos...
El Diablo estaba de pie frente al espejo del dormitorio de invitados de la mansión Mattos, ajustándose la camisa neg*ra sobre los músculos tensos. No tenía prisa, pero cada movimiento estaba cargado de propósito, de decisió, de guerra.
Cuando escuchó la puerta abrirse, no necesitó girar para saber quién era. Aylin entró en silencio, con el peso del mundo sobre los hombros. Cerró la puerta con una calma que era puro disfraz.
Él la vio por el espejo, tan hermosa como siempre. Ella lo vio prepararse para otra noche que podía terminar en muerte.
Aylin respiró hondo.
—Roman… —dijo con esa voz suave que solo usaba cuando estaba asustada —no vayas.
El Diablo se quedó quieto un segundo, solo un segundo. Luego siguió abrochándose la camisa.
—Mi amor… —respondió sin dureza, pero firme —sabes que no puedo hacer eso.
Ella avanzó un paso. Su mirada ardía de miedo.
—Sí puedes —insistió —Nadie te obliga. Tienes hombres entrenado