Capítulo 110 —Incendiar el mundo
Narrador:
Valeria quedó en el suelo, con las manos protegiendo su vientre, respirando con dificultad. Alejandro había salido y la puerta había cerrado con el estruendo de una declaración de guerra. Ella no habló, no dijo nada en voz alta, no confesó, no aclaró, no explicó. No necesitaba hacerlo. Porque había verdades que no se pronuncian. Verdades que solo viven dentro, en un espacio demasiado íntimo para que el enemigo lo toque.
Ella cerró los ojos y sostuvo el vientre con fuerza. Ese bebé… sí, venía de Alejandro.
Esa era una verdad que ella conocía. Una verdad que jamás saldría de su boca.
Porque ese niño no era de Alejandro. No para ella, no para su alma, no para la vida que iba a darle. Ese niño era de Luigi, lo sería siempre. Porque el amor, el vínculo, el destino, la vida que lo esperaba… todo eso provenía de Luigi.
Y Luigi lo sabía, lo sentía, lo asumía como suyo, lo defendía como suyo y lo amaría como suyo.
Aunque los dos supieran la verdad biol