Capítulo 104 —No te esfuerces...

Narrador:

Mateo cruzó el corredor hasta la entrada principal, siguiendo el eco de unas voces. Encontró a Dinorah conversando con uno de los guardias, indicando con el dedo puntos ciegos en el perímetro. Su tono era firme, profesional. La cabeza del guardia asentía ante cada instrucción.

Ella decía:

—Rubén, refuercen la vigilancia en el ala sur, por algun motivo no tiene la suficiente. Quiero rondas cada media hora. —Luego añadió —Y exhíbanlas, que se note presencia. —señalando las armas —No disimulada. Si él intenta algo, que vea que aquí no entra sin perder la vida. Envíe a alquien.

—Tranquila, Rancuso, yo me encargaré personalmente

Mateo sonrió sin poder evitarlo.

Capitana hasta la médula.

Cuando ella terminó, se giró y lo vio.

—¿Podemos hablar? —preguntó él, acercándose.

Dinorah asintió y se alejó unos pasos, quedando lo suficientemente lejos para que nadie escuchara.

—¿Qué pasa?

—¿Cómo te fue con Luigi?

Ella lo miró con un gesto que mezclaba segurid