Yoli
Llegamos a la funeraria y mis tías ya estaban allí; mi abuela sentada al lado del ataúd lloraba en silencio. Me acuclille y recosté la cabeza en su regazo, entonces lloró audiblemente y me abrazo con fuerza.
— ¡Ay mi niña, mi princesa los hijos no deberían irse primero que los padres, eso no debería ser. - yo sollozaba y gemía producto del dolor que venia implícito en esas palabras, el lamento de aquella madre que lloraba su hijo muerto — Quédate con nosotros unos días mi princesa, quiero disfrutarte aunque sea un poco - me suplicó
— Claro que si abuela - lloró y me abrazó — Me quedare con ustedes - le dije al oído.
Escuchamos un revuelo y una voz que no conozco llega a mis oidos(varonil, grave. fuerte y sexy)