Capítulo 28.

La semana pasó volando entre el trabajo, el entrenamiento y mis pensamientos lujuriosos, soy una pervertida aunque nunca haya tenido sexo. Estoy obsesionada con Harold y eso no es bueno ya que mi terapeuta dice que las compulsiones después de un episodio trágico y contundente, pueden llevarme a un desequilibrio emocional. Con mis antecedentes bulímicos eso puede ser un verdadero problema. El buen doctor me ofreció una gama de opciones para mi relajación, el programa consta de ejercicio tres horas al día, un empleo, cero alcohol y continuar con los medicamentos que me producen sueño, en realidad las pesadillas ya no me atacan frecuentemente, son muy pocas ahora pero continúo con el presentimiento de que exíste algo más que debo saber y me lo están ocultando. Por ahora no he decidido si quiero investigar pero no es por falta de curiosidad, sinó por falta de tiempo; soy la representante de las Empresas de mi padre y estudio en la Universidad de Columbia, Administración de Empresas, con

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