Capítulo 92
Gerald se reclinó en el sillón, analizándola por completo. La postura impecable, la mirada firme, el francés sutil en el acento y la forma en que mantenía el control de la conversación. Una mujer elegante y afilada.
—Tiene razón. Se desenvolverá con facilidad en el cargo de asistente personal.
—Y espero superar sus expectativas, monsieur.
Él sonrió de lado, con un aire de desafío.
—Veremos, mademoiselle Duvall. Empiece mañana. El horario es a las ocho. Y vístase con discreción.
—No se preocupe. Estoy aquí para trabajar, no para encantar a nadie.
Amélie se levantó, colocó la correa del bolso en el hombro y extendió la mano.
—Hasta mañana, monsieur Blake.
Él le estrechó la mano con firmeza.
—Sea bienvenida.
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La semana en Hawái pasó como por encanto. Alexander no se relajaba así desde hacía mucho tiempo, tal vez desde su primer matrimonio, incluso antes de que Ethan naciera.
Una sombra atravesó sus ojos al recordar al hijo rebelde. Todo podría haber sido diferente si él no