Capítulo 48
Ethan giró bruscamente la perilla y ya fue sorprendido por un rostro conocido. Un hombre guapo, de mirada intensa, entró tan pronto como la puerta se abrió, como si hubiera estado esperando ese momento.
—¿No me extrañaste? —preguntó Ethan, con una sonrisa provocadora.
El otro lo miró con pena en los ojos.
—Pasaste semanas ignorándome después de volver de la luna de miel —dijo, la voz quebrada.
Ethan cerró la puerta con calma, evitando la mirada directa.
—Tuve que resolver muchos problemas —se justificó, en un tono más frío del que pretendía.
—Por un momento… pensé que te habías enamorado de tu esposa —confesó, con el corazón apretado.
Sin decir nada, Ethan se acercó lentamente, hasta quedar a pocos centímetros del otro. Con delicadeza, le tomó la barbilla y le hizo levantar el rostro.
—Sólo me gustas tú —murmuró, serio.
El hombre apartó la mano de Ethan con un gesto rápido, demasiado herido para dejarse envolver.
—¿Podrías, al menos una vez en la vida, decirme que me amas?