Capítulo 49
Al salir del restaurante, Alexander sorprendió a Isadora, quien desvió la ruta de regreso y se estacionó frente a una heladería.
—Pensé que alguien aquí tenía antojo —dijo él con una sonrisa divertida.
Ella sonrió, y no dudó en elegir el sabor que había mencionado antes. Alexander hizo el pedido y se quedó observando mientras ella daba la primera cucharada con los ojos brillando de placer.
—¡Mmm… es aún mejor de lo que recordaba! —dijo Isadora, encantada.
Él no pudo contener la risa al verla entregarse al helado con tanto gusto.
—Estoy seguro de que fue nuestro bebé quien te usó en este momento —bromeó, encantado con la escena.
Ella sonrió, pasándose la lengua por los labios distraídamente, y su mirada se encontró con la de él. Había algo mágico en esa simplicidad, en ese instante entre los dos.
---
Tras la llamada de la secretaria informando sobre la urgencia de un documento, Alexander e Isadora regresaron a la empresa. Era algo que debía firmarse antes de las 14:00 para