Capítulo 130
—Él necesita presentarse personalmente o, si prefiere, podemos agendar la firma en el notario, con aviso previo.
Ella asintió, en silencio, intentando procesar todo aquello en su mente que se niega a continuar con lo inevitable. Era el momento final, y a pesar del dolor, necesitaba ser firme.
—¿Puedo llevar el documento para recoger su firma?
El abogado asintió con la cabeza, mirándola con seriedad:
—Sí, señora Blake. Puede llevar el documento hasta él, pero le recomiendo que sea en un momento tranquilo, sin prisas o discusiones. Cualquier conflicto puede retrasar el proceso.
Isadora respiró hondo, sintiendo un escalofrío en la columna.
—De acuerdo… Lo haré aún esta semana.
—Recuerde, Isadora —continuó el abogado, con voz firme—, él necesita firmar para que todo se finalice. No hay vuelta atrás después de este paso.
Ella sostuvo el sobre; parecía que sostenía un papel lleno de espinas. Al salir de la oficina, su corazón latía acelerado, y cada pensamiento sobre Alexander