Capítulo 122
A la mañana siguiente, Alexander estaba en su oficina, concentrado en responder algunos correos electrónicos en su portátil, cuando la puerta se abrió. La secretaria entró con la tableta en las manos.
—Señor Blake, buenos días. Voy a leer su agenda de hoy —dijo, deslizando el dedo por la pantalla—. A las diez horas, reunión con el departamento legal. Mediodía, almuerzo con el consejo administrativo. Tres de la tarde, videoconferencia con los inversores de Hong Kong.
Él asintió, los ojos aún en el informe abierto frente a él.
—Y… —ella hizo una breve pausa, mirando de nuevo la pantalla— en quince días, a las veinte horas, evento especial de Collins Enterprises. Cliente nuevo, y él insistió en solicitar su presencia.
Alexander levantó la mirada, apoyando el codo en el brazo del sillón y llevando la mano a la barbilla.
—¿Insistió?
—Sí, señor. Está marcado como prioridad.
Él se reclinó en el sillón, una leve sonrisa escéptica en la comisura de su boca.
—Póngalo como confirmad