Perspectiva de Arielle
.
Estoy entre sus brazos. Por primera vez, después de todo lo que hemos hecho, después de todos los encuentros robados, las miradas cargadas, los silencios que gritan lo prohibido… por fin, nos acostamos juntos. No solo para follar. No solo por deseo. Sino para dormir. Para cerrar los ojos con la respiración del otro marcando el ritmo.
Cassian está detrás de mí, siento su pecho contra mi espalda, su brazo pesado rodeando mi cintura, su aliento cálido rozando mi cuello. Ambos estamos desnudos, cubiertos apenas por las sábanas que él me lanzó encima horas antes, como si ese gesto torpe hubiera significado algo más que cuidado.
Cierro los ojos, pero no puedo dormir. No me es facil con tantas cosas bullendo en mi interior.
«Lo deseo. Lo quiero. Dios, cómo lo quiero»
Pero no puedo seguir fingiendo que todo esto está bien. No cuando cada caricia suya, cada palabra, cada vez que me mira como si yo fuera suya, se clava en mí como una promesa que temo que jamás s