Perspectiva de Darius Harrington
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Salgo del hospital maldiciendo entre dientes.
—Imbécil… —escupo al vacío, con los nudillos tan apretados que crujen.
El aire afuera está denso, húmedo, como si el mundo supiera que acabo de ver un castillo de mentiras a punto de venirse abajo.
«Ese malnacido. Ese maldito idiota»
Camino hasta mi auto como una fiera contenida. Abro la puerta de un tirón y me dejo caer en el asiento, apoyando la frente en el volante por un segundo. Solo un segundo. Luego golpeo el cuero con la palma abierta, con rabia, frustración… y miedo.
Porque sí, estoy jodidamente asustado.
Todo está saliéndose de control.
Cassian sabe.
No del plan completo. No aún.
Pero sabe que alguien lastimó a su hija.
Y cuando lo descubra quien es —cuando descubra que fue él, que fui yo—, todo se acaba.
Busco el celular y comienzo a buscar nombre en mis contactos. "Horacio Auster", aquel que se hace llamar Elías ante Seraphina. Ese hombre al que le pagué para que se acercara a mi sobrina.
—Co