Perspectiva de Arielle
.
Cassian no dice nada, solo me mira.
Y entonces lo veo.
Sus ojos cambian. Esa calma tensa, ese muro que a veces levanta para no romperse… se derrumba. Se despedaza. Y debajo de todo, ahí está él. Ese hombre oscuro. El que me mira como si yo fuera su maldición favorita. El que me ama con una furia que quema. El que me desea como si el mundo fuera a terminar esta misma noche.
Y en un segundo…
Acorta toda la distancia entre nosotros.
Su cuerpo choca con el mío. Su aliento arde contra mi rostro. Y sus manos—Dios, sus manos—me toman del rostro con una fuerza que debería asustarme… pero no lo hace. Porque lo conozco. Porque sé que no va a lastimarme. Nunca lo haría. A veces me toca como si me odiara. Pero en realidad… me ama con tanta devoción que no sabe cómo sostenerla sin volverse salvaje.
Y entonces, me besa.
Cassian me besa. No hay advertencia. No hay aviso.
Solo un estallido cruel de sus labios con los míos.
Un beso que me arranca el alma. Que me qui