— Oh, cierto, ¿escuchaste algo de lo que dije dormido?
Faustino tosió dos veces, se arregló la ropa para cubrirse y salió del coche.
— No, pero viendo lo excitado que estabas, seguro que no fue un buen sueño.
Mariana le lanzó una mirada a Faustino. El coche tenía un buen aislamiento acústico, y como Faustino no hablaba muy alto, Mariana realmente no escuchó sus improperios. Sin embargo, por la expresión lasciva de Faustino, pudo adivinar que había tenido un sueño erótico.
— Ejem, a mi edad, es normal tener mucha energía. Mejor no hablemos de eso, cuéntame el plan.
Faustino cambió rápidamente de tema.
— Finge que somos pareja, pescamos o paseamos por la orilla de la presa, y observa si alguien se acerca. No necesitas saber más.
Al mencionar el asunto, el rostro de Mariana se volvió más serio. Sin embargo, al decirlo, se sintió un poco avergonzada.
— ¿Qué? ¿Que finjamos ser pareja? ¡No, no puedo!
Faustino se negó inmediatamente con la cabeza. Ya no sabía cómo explicar su relación co