Inmediatamente, varios policías se acercaron, detuvieron a Germán y se lo llevaron.
—A todos estos también, arréstenlos y llévenselos para un buen interrogatorio.
Después de que Mauro hiciera que se llevaran a todos los subordinados de Germán, no se marchó de inmediato.
Se quedó solo y le dijo a Faustino con cierto arrepentimiento: —Lo siento, Faustino, llegué tarde. De lo contrario, no habrías tenido que intervenir.
—Pero no te preocupes, me encargaré adecuadamente de Germán. Te garantizo que no tendrás que preocuparte por él.
—Director Mauro, está bromeando. Es usted quien se ha molestado en venir hasta aquí por mí.
—¿Por qué no buscamos un momento para cenar juntos? —dijo Faustino sonriendo.
—No es necesario cenar. Con nuestra relación, no hacen falta formalidades —Mauro hizo un gesto con la mano, complacido.
—Por cierto, Faustino, hay algo más por lo que debo agradecerte. ¿Recuerdas que ayudaste a nuestra comisaría a capturar a un miembro clave de Guante Negro?
—Gracias a su testim