Capítulo 508
Bajo la guía de Tacio, Faustino y Daniela llegaron a una encantadora cabaña en el bosque cercano. Como Tacio había dicho, la cabaña estaba llena de manjares de la montaña. Disfrutaron del aire fresco del bosque, comieron carne de caza y hongos silvestres, y admiraron el hermoso paisaje. Parecía un resort de montaña.

La comida fue muy relajante. Sin Dante presente, Daniela se veía mucho más relajada y feliz. Faustino exclamó:

—El paisaje es realmente excepcional. Si tengo la oportunidad, me gustaría traer a Rosalba y Lara para que lo disfruten. Sería una experiencia maravillosa.

Tacio le sirvió más bebida a Faustino y dijo sonriendo:

—La primera vez que se viene, sí que es bonito. Pero con el tiempo, uno se cansa de verlo. Los viajes son solo ir de un lugar donde uno está cansado a otro lugar donde los demás están cansados.

Faustino agitó la copa de vino, rico y aromático, y asintió.

—Cierto.

Sin darse cuenta, el cielo ya estaba oscuro. Después de una cena agradable, Tacio ofreci
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