Capítulo 123
—¡Eres un idiota sin perspicacia!

—¿Cómo pudimos contratar a alguien tan ciego como tú?

—¡Recoge tus cosas y lárgate! —gritó el gerente.

—¡Gerente, no puedo irme, mi familia necesita dinero para mudarse! —Adrián, ahora sumiso, suplicó con la cara roja.

—¿Ofendiste al invitado de la señorita Morales y aún quieres quedarte? ¡Entonces yo también tendré que irme!

—¡Fuera, lárgate ya!

—Gerente, ¿al menos podría pagarme mi salario? —rogó Adrián con cara de aflicción.

—¡Al diablo con tu salario, aléjate lo más que puedas o haré que te echen a la fuerza! —el gerente le dio una patada a Adrián.

—¡Todo esto es tu culpa, me las pagarás! —en este punto, Adrián solo pudo mirar con odio a Faustino antes de salir corriendo de la tienda a regañadientes.

—Si no hubieras sido tan prejuicioso, ¿habría pasado esto? —se burló Faustino.

—Señorita Morales, ¿está satisfecha con esto? —preguntó el gerente con una sonrisa incómoda.

—Si Faustino está satisfecho, lo dejaré pasar —respondió Susie con calma.

"¡Uff!
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