Aitana conduce más rápido que los demás, sin preocuparse por su propia seguridad.
En este momento, es como si hubiera regresado al pasado.
¡Aquella Aitana de 22 años, valiente por amor!
De repente, el BMW blanco se apaga. Aitana intenta encenderlo varias veces sin éxito, desesperándose cada vez más.
Momentos después, abre la puerta y sale a revisar bajo la tormenta de nieve. Los copos gélidos golpean su rostro, se infiltran por el cuello de su ropa, penetrando hasta sus huesos. Pronto, su cuerpo tiembla incontrolablemente por el frío.
Lo peor es que el auto está averiado y su teléfono se ha quedado sin batería.
La tormenta de nieve continúa cayendo sin piedad...
Aitana permanece sentada en silencio dentro del coche. Sus pestañas aún llevan algunos copos de nieve sin derretir. Afuera hace mucho frío, pero de Damián sigue sin haber noticias.
Segundos después, Aitana abre de nuevo la puerta con determinación y comienza a caminar a pie bajo la ventisca.
Los copos de nieve golpean su cuerpo