Cuando Luis terminó de hablar, Elia sonrió aún más ligeramente:
—Entonces no podremos llegar a un acuerdo. Este guion es de Talentos Estelares, el papel principal se lo voy a dar definitivamente a Iván. Si el señor Turizo no lo considera apropiado, entonces cambiaré de inversionista.
Luis la miró fijamente, ese rostro hermoso y afilado, con un toque de reflexión.
El director, viendo la situación, discretamente se llevó a Iván adentro para hacer la prueba, dejando solos a Luis y Elia. En ese momento, Luis finalmente observó cuidadosamente a Elia, con la mirada de un hombre viendo a una mujer.
Hoy Elia llevaba un traje de oficina, pantalones largos beige, camisa blanca arriba, chaleco de traje café claro, cabello elegantemente recogido, incluso el maquillaje era afilado, una belleza muy agresiva.
Iván frente a ella parecía un pequeño perrito.
Luis recordó una foto en casa, cabello hasta la cintura, vestido largo de tirantes, una belleza muy dócil.
No era para nada así.
Su madre había dic